lunes, 31 de enero de 2011

Black Swan

“En la infancia deben cultivarse preferentemente los sentimientos de independencia y dignidad” José Martí.
En español Cisne Negro,  es el título de la película que me sembró la inspiración para este mensaje; una buena película sin duda, vista desde mis ojos, sin saber mucho de cine y utilizando como principal elemento calificador lo entretenida que estuve frente a la pantalla y lo conmovida que quede con la historia. 
Indiscutiblemente una buena historia, muy bien contada que logro meterme un poco en la piel de la protagonista, sus ansiedades,  angustias y sueños terminaron llevándome en sus viajes mentales y envolviéndome en este tenebroso cuento de hadas, visto desde el ballet.  No voy a contar la historia, pues les dejo la curiosidad para que se animen a verla; lo que si les voy a decir es que desde la asfixiante relación de la protagonista con su madre, me quedan muchas reflexiones, aprovechando mi inexplorada maternidad.  Y es que sentirse madre desde el primer día es un gran paso, muy grande, pero es más grande aún el camino que nos queda por delante, lleno de pasajes desconocidos y empinados peldaños en los que nos aventuramos con la brújula de la intuición y ese interminable amor que se siente por un hijo.
La madre de esta historia se parece a muchas, a esas madres que van por la vida arrastrando las maletas de sus frustraciones, que quedan atadas de pies y manos al olvido y perseguidas por su soledad, esas madres que encuentran en la vida de sus hijos la oportunidad de su realización y terminan, ahogando su carácter y dignidad en relaciones enfermizas, castrantes y autoritarias, en las que disfrazan con amor y buenas intenciones que son capaces de todo por sus pequeños… Esa madre no quiero ser!
Es muy fácil confundirse en el camino, sobre todo porque para ellos siempre se quiere lo mejor y que más puede ser mejor que lo que alguna vez soñamos para nosotros… los viajes que no hicimos, los idiomas que no aprendimos, etc.. etc. Lo importante aquí es entender que antes que madres somos mujeres, con sentimientos y anhelos propios, incluso muchos ni siquiera maternales; la idea es no pasarnos a segundo plano, seguir cultivando nuestro espíritu y hacer realidad nuestros sueños, aunque estos tengan que cambiar dramáticamente, pues probablemente en este momento no sea buena idea esa viaje a Europa “mochiliando” con Luciana. 
Por ahora seguiré adelante con mi pensar, sobre todo poniéndole claro a mi pequeña que somos ella y YO también, que no solo sus deseos y caprichos serán importantes y que muchas veces serán los míos los que se cumplan primero que los de ella; y desde luego enseñándole a prescindir de mi, a cultivar su independencia y sensatez para que sepa marcar su norte, teniendo siempre en cuenta que cuenta conmigo y mi apoyo indiscutible.

Que bello, que lindo suena cuando lo re-leo, es ahora mi sueño, el que quiero hacer realidad.

martes, 25 de enero de 2011

La Comunidad del Anillo

Ya pasados los treinta experimentas una sensación,  a veces de emoción otras de asombro frente a la “epidemia” de matrimonios que se presenta en estos  tiempos… no había caído en cuenta de ello, es decir de la epidemia, hasta que pase unas horas actualizándome en el Facebook y conté rápidamente 30 matrimonios en menos de dos años, algunos amigos cercanos, otros no tanto, otros simplemente conocidos y algunos amigos de amigos, dieron el gran paso acompañando con un SI la promesa de amor hasta que la muerte los separe.  Se casaron todos, los que soñaban con boda todo el tiempo, los que dijeron que nunca lo harían, los que pensaban que ya se había pasado la hora, algunos que ni siquiera creían en el amor,  en fin… hubo variedad de personajes como  estilos de boda; muchos aprovecharon un momento tan especial para acudir a la tradición y casarse como Dios manda, otros en cambio crearon su propio ritual invocando seres mitológicos, dioses nórdicos, la pacha mama, en fin… ancestral,  tradicional o moderno todo representa un espacio para el amor, por más sencilla que sea la boda las novias quedan felices en las fotos que las acompañaran en la posteridad, otras ceremonias y celebraciones tienen una especie de crossover y terminan en un verdadero carnaval, donde novios e invitados bailan sin parar con marimondas o disfrazados con coloridos antifaces.
Tal vez mi repentino asombro corresponda a un ciclo normal de la vida y quienes ahora tienen 40 o 50 en su década de los 30 tuvieron un espacio para reflexionar por lo mismo.
En todo caso felicito a Cupido por estar vigente aun en tiempos donde se habla de pérdida de valores y tradiciones.  A los nuevos recién casados que se saludan y se dan la bienvenida en un gesto tribal a la “Comunidad del Anillo”,  espero que ese aro que adorna sus manos, represente de verdad el amor y compromiso en una unión en la que sobre todo sean Felices!.  Que viva el Amor!.

lunes, 17 de enero de 2011

Luciana y el Renacimiento

Sin palabras….., es como me quedo cuando trato de describir qué es Luciana para mi, sin duda fue la fuente que transformó mi vida, y cuando hablo de transformación no sugiero un cambio dramático que me saco de la oscuridad o algo así, me refiero tal vez a cosas más sublimes, paradójicamente más sencillas, pero todas relacionadas con mi forma de ver y sentir el mundo.
Cuando gozaba de mi vida loca, con el frenesí propio de una treintona que se creía capaz de conquistarlo  todo y a todos, no me imaginaba mi vida con hijos, ahora que tengo a Luciana a mi lado no me imagino mi vida sin ella.
Y así estoy ahora, con ella presente en todo momento y actividad, con una conexión especial,  tal vez porque su padre no se quedo a conocerla, inconscientemente he desarrollado una capacidad de atención con el propósito de suplir la atención que de su padre no recibe. 
En el proceso de enseñarle y aprovechando la sensibilidad que se alborota durante el embarazo, me dedique a observar detalladamente todo para contárselo a ella, completamente convencida de que la comunicación madre e hijo a través del vientre es posible, le describí sin cansancio los amaneceres y atardeceres, las nubes y los nubarrones, los animales y animalazos que  veían mis ojos, nuestra familia y amigos, y tome la decisión con serenidad de ser feliz, para que ella también lo fuera aprendiéndolo de las emociones que desde mi corazón llegaban al suyo, esta etapa fue muy bella, incomparable, creo incluso que a las mujeres nos llegan poderes especiales del cielo, para ser fuertes y en mi caso pensar que era capaz de enfrentarme a cualquier cosa;  igual no me imaginaba lo diferente que sería cuando la tuviera entre mis brazos y tal vez ahí empezó mi proceso de aprender! 
Con Luciana en mi vida aprendí a cuidarme más (por aquello del instinto de conservación), a poner mejor los pies en la tierra, a organizarme financieramente, aprendí canciones y rondas infantiles, a disfrutar juegos poco divertidos (solo por verla sonreír, sus carcajadas me enloquecen), a ser consecuente entre lo que pienso digo y hago (por aquello del ejemplo), a ser ordenada, en serio trato de serlo, para que ella lo sea!, a dormir mejor, pues las horas de sueño se reducen considerablemente, aprendí a dejar de llorar por cualquier cosa, a valorar y estimar mucho mejor los conceptos de familia y amigos (tengo los mejores) y afortunadamente, después de esa etapa post parto a la que yo no llamaría propiamente depresión, sino algo así como “Re-adaptación”, con espacios interminables de incomprensión a la vida y el mundo; me quedo un eterno optimismo de saber que las cosas siempre pueden ser mejor.
Luego de su nacimiento, empezó mi renacimiento, todo se volvió una nueva experiencia, y como decía Jonhson & Jonhson en una cajita de un kit que me regalaron en una charla, durante mi embarazo: “Cuando nace un Bebe, nace una Madre”; es totalmente cierto, y no son nuevas solamente las experiencias relacionadas con su existencia: bañarla, vestirla, amamantarla…. Nahh! Para mí todo fue nuevo de nuevo, ya era madre de familia y soltera!, lo cual me implicaba un reto a la hora de describir mi estado civil, explicar donde está el papa de Luciana (por si les causa curiosidad, no lo sé….), volver al trabajo, volver a interesarme por un hombre, volver a tener sexo… todo fue una nueva primera vez, las cuales disfrute con la capacidad de observación y deleite que desarrolle durante la espera.  En cuanto al sexo, muchas amigas envidiaron el hecho de que no tuviera un macho al lado, esperando a que estuviera lista para volverlo a atender en la cama, me dijeron que podía disfrutar tranquila mi papel de madre cuando en la mente no se atraviesa ningún pensamiento libidinoso y es verdad, la mente goza de una pureza… de virgen María;  pero si  me hubiera gustado que alguien me explicara que mientras amamantara a mi hija y volviera a sentir el éxtasis del deseo, de mis pechos iba a brotar con bastante presión y fuerza el néctar delicioso que la alimentaba, el cual obvio en ese espacio resulto totalmente inoportuno y fuera de lugar; por fortuna encontré un hombre comprensivo, que supo entender mi momento,  pasando al anaquel de mi historia, con la misma importancia de aquel primer amor… a quien entregue toda mi inocencia.
Ya han pasado dos años y medio de su llegada  y mi renacimiento, me parece un tiempo difícil de explicar, ha sido largo y corto a la vez, ha pasado muy rápido y son años en que los hijos no solo cambian, también evolucionan de su condición de ser totalmente indefensos y dependientes a pequeños con juicio, capacidad de expresión y en los que empiezan a dar cuenta de todo su carácter, por eso cuando escucho a una amiga que tiene un bebe de brazos y me habla de las trasnochadas, la sacada de los gases, los pañales…. Esos recuerdos parecen tan lejanos, siento que eso paso hace tiempo y es ese tiempo tan inexorable lo que hace esta etapa tan especial, son instantes únicos que no se repiten y rápidamente cambian, fueron diseñados para disfrutarse!
Retomando el inicio de este escrito y luego de pensar mientras muy inspirada escribía cada palabra creo que encontré como esto que siento con Luciana en mi vida:  Inspiración, mucha inspiración!