viernes, 22 de abril de 2011

Cómo hemos cambiado!

A partir de mis 15 años, cuando fui declarada por mi madre como una persona responsable que ya sabe lo que es bueno y lo que es malo, empecé a disfrutar la libertad y a saborear un poco la tan anhelada (para ese entonces) independencia.  Me deleite con el ir y venir libremente por la vida, y en esas vueltas escuché en más de una ocasión frases provenientes de personas mayores, que pensaban en el pasado y decían sin reparos:  “Todo tiempo pasado fue mejor”,  “Es que eran otros tiempos”, “anteriormente eso no se veía”, “en mis tiempos…”  Para mi,  solamente palabras, no entendía ni siquiera el aire de nostalgia que rodeaba los suspiros que acompañaban a quien las decía, pensaba incluso que se trataba de personas que rebuscaban en el pasado tratando de encontrar las razones de que estos tiempos no fueran mejores o felices, entonces me propuse acompañar mi libertad de un verdadero goce en todo lo que encontraba, la vida, el amor, los placeres, el amanecer, las parrandas, los amigos, etc.

Resulta ahora muy gracioso para mi sentarme a escribir y pensar en esos tiempos y sentir la certeza de la nostalgia del pasado que independientemente del presente y el mañana me llena de felicidad.  Recordé lo intrépida que fui, típico de la juventud (que aún conservo) en un momento en el que solo se quiere explorar y vivir sin temores, sin pensar en conveniencias o comodidades; ahora acompañada de la madurez que llega con los años tengo la capacidad de descartar sin reparos el paseo sin planear o la aventura improvisada… Ahora tengo super claro las cosas que me gustan y las que quiero que estén resueltas:

La dormida: quiero saber cómo y con quien o quienes, además saber que la posibilidad de dormir existe, quiero poder soportar el clima, sin congelarme o insolarme, tener el bloqueador necesario para no quedar como un camarón, y el abrigo necesario para no soñar que el sol se apago.  El baño, tiene que existir!!! Y de preferencia con espejo, no se si todas las mujeres lo queremos pero yo si me sentiría mejor con la posibilidad de ver mi cara cada mañana y ajustarla para el día, arreglar mis crespos, lavar mis dientes y hacer pipi sin las maromas propias del campo abierto.

 Me gusta también saber que en el presupuesto se contemplo la comida, sin restricciones… no pido un chef ni una corte de nativos de lugar de visita que me atiendan, pero me gusta estar segura que la leña enciende y que hay algo para poner sobre ella.  Después de largas caminatas con maletas al hombro por carros que fallaron o tratando de buscar la forma de llegar mas rápido a nuestro destino, ahora también me gusta saber la ruta que tomaremos y en qué la tomaremos, si recurrimos al transporte público averiguo los itinerarios para no quedar a merced de servicios de una vez al día o una vez cada dos días, etc…

La diversión en cambio no me preocupa, no necesito planearla, me resulta fácil encontrarla, en medio de la buena vibra que me trasmite el plan, esa la puedo improvisar y convertir el parche en un paseo memorable.

Sé que con esta publicación puedo parecer complicada, pero no se trata de eso, al final no me perturba si lo piensan, sólo es que mi espíritu aventurero ya paso hambre y frio en medio de la aventura, tengo suficientes fotos despeinada y con mi piel enrojecida por el sol, las vicisitudes que llegaron por el afán de la aventura me dieron la experiencia para hacer la lista que les compartí, igual quiero aclarar que también tuve aventuras en hoteles cinco estrellas, con los cuales obvio también contemple lo mínimo del check list.  

Finalmente termino pensando y entendiendo que todo tiempo pasado fue mejor y en mi caso me regocijo con mi espíritu que se le midió a tantas cosas, con tantas ganas de vivir la vida como llegaba, fue mejor porque aprendí,  fue mejor porque es parte de mi inspiración actual,  porque es parte del presente que se escapa con el paso del tiempo y me deleita cuando miro atrás.   Con nostalgia y alegría, con bastantes historias que contar, entiendo porque añoramos con esas frases el tiempo que paso, sólo necesitamos que pase, para entenderlo.