domingo, 19 de junio de 2016

Mi Primer Amor!

Dicen que el primer amor nunca se olvida... gracias a la vida por mi primer amor!

Siendo muy niña conocí el amor, sin saber exactamente como amar, encontré en los brazos de un hombre maduro y bastante mayor  para mi edad, la felicidad del amor puro.

Me tenía deslumbrada con todo lo que sabía, yo pensaba que había estudiado en una escuela de súper héroes con Superman y la mujer maravilla, y él me decía que sí pero que sólo un año y  que recordaba todo el tiempo a la mujer maravilla porque se parecía a mi…. algo en lo que aún hoy en día creo totalmente!

Era muy fuerte,  no se cansaba, corría y saltaba el lazo más rápido que todos,  elevaba las cometas más alto que nadie, pensaba que incluso no se quemaba porque un día accidentalmente le cayó café caliente encima y ni siquiera se quejó. 

Cuando no podía dormir me contaba historias fantásticas llenas de dioses y guerreros, me parecían raras y llenas de aventura, tiempo después descubrí que era La Odisea y la Ilíada, tal vez por eso me encanta la mitología griega!

Me enseñó también a abrir los ojos bajo el agua, a tirarme en la piscina sin quemarme, a no temerle a las tormentas y contar después del relámpago para saber que tan lejos estaba el rayo y tener la seguridad que nada malo pasaría;  aprendí de su mano a montar en bicicleta y en moto, a cocinar recetas deliciosas, a leer y amar los libros y un montón de cosas que son parte de mi día a día que hacen que a cada instante lo recuerde y trascienda en mi existencia su amor.

Me dio todo siempre, soy lo que soy gracias a su amor, me dio una infancia feliz llena de seguridad y de confianza, entendió mi adolescencia y nunca dejo de ser “un parche” aunque me tuviera que llamar la atención,  siempre me escucho,  estuvo ahí para ser papá y mamá cuando mi madre se fue al cielo, cuido mi embarazo y mi posparto también,  nunca se cansó de emprender y siempre estuvo listo para un nuevo comienzo, me inspiro con sus consejos y la última vez que me sentí muy asustada y llena de incertidumbre (tenía ya como 34 años) encontré en su regazo un refugio seguro donde llorar y sollozar hasta cansarme,  su cálido abrazo y los consejos que me susurró llenaron de aire mis pulmones y me sacaron a flote para seguir adelante.  Nunca deje de ser la niña de papá!


Hoy ya no estás en este plano, pero lates en mi corazón y estás vivo en cada recuerdo. Te quiero Siempre Papá!

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