Desde mi más tierna infancia el
hecho de celebrar el día en que nací está rodeado de magia y siempre ha sido
algo especial. En mi niñez era el día en
que me sentía más importante, recuerdo incluso que mi mamá buscaba el periódico
y se apresuraba a leer en voz alta el
horóscopo, cambiando incluso las palabras y el texto para vaticinar los mejores
hechos para mi futuro. Esa magia duró
hasta que aprendí a leer… pero me quedó de costumbre leerlo siempre “alterado” a
mis amigos y compañeros.
Al llegar la adolescencia, llegaron
propuestas de celebración más arriesgadas y así fue como en mis 13 años recibí
13 huevos a la salida del colegio… que intrépida me sentí…!
En estos tiempos cuando ya pasé
la tan anunciada crisis de los 30 y me alisto para los maravillosos 40, la magia continua regalándome momentos
inolvidables, llenos de cálidos abrazos de familia y amigos, reuniones, risas,
lagrimas, besos, dulces, tortas, en fin… ni la distancia ha sido excusa para
recibir desde otras latitudes mensajes y palabras que viajan en ondas de afecto
por el ciberespacio y se convierten en buena energía que alegran mi día y mi
vida.
Hoy al celebrar mis 39 la magia
llega en el abrazo de mi hija Luciana que me canta con ternura “Feliz
Cumpleaños Mamá” y afirma con inocencia: Hoy no tienes que ir a trabajar… hoy
es tu fiesta! El reto, mágico también es
explicarle que se puede celebrar en medio del día a día y la rutina.
Desde hace 39 años siento la
magia de celebrar con alegría, rodeada de buenas personas y con mucho afecto,
gracias infinitas a mis papás, hermanos, hija, amigos, compañeros, a todos por
hacer de este momento algo muy especial!!!
Pues son unos muy bonitos 39!!!... tas muy chula!!!!... este año va a ser muy especial
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