martes, 17 de marzo de 2015

Olvidar o recordar?

No hay nada más íntimo que la subjetividad de un recuerdo..."


Recordar es vivir, dicen algunos y lo entiendo claramente cuando me estoy quedando dormida y con sobresalto despierto espeluznada porque aparecen en mi mente sin permiso los episodios más vergonzosos de mi vida, esos que debería borrar pero que seguramente vuelven para recordarme una lección.


El acto de recordar es quizá como el latido del corazón, un impulso vital que se humaniza con el significado... que nos apena, nos emociona, nos entristece, nos desvela o nos hace soñar, es algo íntimo y subjetivo.


Marín el chico tímido de la clase, el típico sabelotodo con gafas de nerdo, con estilo clásico indiferente a la moda. La escena: último día del grado noveno, despedida, todos felices ganamos el año. 
Angélica, su sólo nombre invocaba un ángel, dueña de una belleza de cabello rubio, ojos azules y sonrisa inocente que hacia sentir a los chicos en el mismo cielo, del que aterrizaban en caída libre al escuchar su ronca voz y su actitud de "gamín" que al imponerse a su belleza, generaba un contraste mágico que enloquecía a cualquiera.. Arriesgada y hasta "boleta" con aire desafiante saco a bailar a Marín... El sabelotodo que lo único que a esa edad tal vez no sabía era bailar. 
Wow que momento! Inolvidable para Marín, sus glándulas sudoríparas estuvieron sobre estimuladas ante la burla de Angélica y el resto de la clase.
Dispuesto a no volver a vivir un episodio similar, Marín aprendió a bailar: leyendo sobre la historia del baile, preguntando a quienes mejor lo hacían, y practicando hasta dominar la técnica y encontrar aquello a lo que llaman "swing".

Un par de años después en los ires y venires de la vida, Marín y Angélica se encontraron en otra pista, siendo tal vez igual de inmaduros pero un poco más experimentados, Marín sintió el momento de la revancha.
Quería demostrar a Angélica que no había trauma, arriesgado y muy cortes, saco a bailar a Angélica.. El ritmo y la sintonía predominaron y evitaron los incómodos "ve y vos que más" que se usan para romper el hielo... Fue así como al terminar la canción de manera literal y muy hábil Marín le dio tres vueltas a Angélica y ella mirándolo a los ojos le dijo con franqueza: no puedo creer cómo nunca antes había bailado contigo!

No hay comentarios:

Publicar un comentario