sábado, 25 de julio de 2015

Mi Vida la Soñé Contigo

No encuentro palabras que puedan describir lo que siento por mi hija, ella ha sido inspiración y fuerza para lo que ha sido mi vida en estos siete años, de hecho empecé este blog para hablar de ella y del cambio de mi vida con su existencia.

Ahora es una niña grande que decide como quiere lucir el día de su cumple escogiendo la ropa que más le gusta, es inteligente, graciosa, feliz y también una niña que cuestiona y comprende las cosas de la vida, que se pregunta donde esta su papá y que con inocencia me pregunta que si a su regreso el será mi esposo.  Cuando ella nació pensé que el día de extrañar a su padre era muy muy lejano, pero el tiempo pasa y al llegar la hora de afrontar este momento, voy encontrando la forma de contarle el cuento sin finales felices, con la realidad adaptada al formato de su edad y aunque llora al descubrirse diferente frente a sus amigos con papá, también agradece tener una mamá que da todo por ella y una familia que siempre ha estado ahí.

El amor por mi hija es algo que me supera, quisiera evitar que sufriera, que se sintiera mal y de una u otra manera encontrarle un mundo perfecto; hace poco me vio llorando con una tristeza que me envolvía, quería esconderme para que no percibiera todo mi dolor, pero ella con su astucia y nuestra inevitable conexión sabía lo que pasaba, me preguntó porque lloras tanto mamá? Solo pude decirle que alguien había lastimado mis sentimientos para no explicarle más...  Ella respondió, ya lo sé, pero piensa en nosotras, en nuestra familia y en todo lo que nos ha dado papito Dios, "sigue con tu vida normal" (es su frase favorita)

Riendo entre sollozos la abrace y me dijo: mamá prométeme que no vas a volver a llorar...
Le respondí, no te puedo prometer eso hija, pero si te prometo que vas a ver como estas lagrimas se secan y como a pesar de que un día nos sintamos infinitamente tristes, podemos empezar de nuevo y volver a reír.

Esa es la vida y también la felicidad y esa es la lección cuando no hay mundos perfectos ni manera de explicarlos. Esa es Luciana Marvilla, que me inspira.

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